Jorge Martinez
Administrator
Ruta: LHR-ICN (Londres Heathrow - Seúl Incheon)
Aerolínea: Korean Air
Vuelo: KE908
Tipo de avión: Boeing 777-300ER
Matrícula: HL8250
Clase: Prestige (Business)
Asiento: 7A
[ANET]5127263[/ANET]
Nuevamente tocó hacer un viaje a Singapur y esta vez Korean Air tenía boletos a precios muy razonables (y con una escala interesante).
A diferencia de Emirates y otras aerolíneas en las que he volado más frecuentemente, Korean Air no ofrece servicio de transporte terrestre. El trayecto en taxi solo requirió hora y cuarto, lo normal cuando no hay tráfico (que no es tan común, porque casi siempre hay algo de tráfico). Tengo aversión a llegar corriendo al aeropuerto, así que siempre programo los taxis para que me recojan 5 horas antes del vuelo.
Llegando al aeropuerto ya estaba abierto el check-in (aun faltaban 4 horas). Dejé el equipaje y pasé de inmediato los filtros de seguridad.
Al hacer mi documentación, noté que el personal de la aerolínea estaba bien entrenado en las formas del Lejano Oriente. La chica que me atendió era inglesa y claramente no tenía sangre asiática en ella. Sin embargo, al saludarme y despedirse inclinó a cabeza y al tomar y entregarme mis documentos lo hizo con ambas manos juntas.
Ya conozco el lounge de SkyTeam (que es el que Korean Air usa), yo tenía hambre y sé que su selección de comida no es muy amplia. Así que mejor fui a un restaurante italiano en el aeropuerto a comer antes de irme al lounge.
Una bruschetta con camarones a la marinara.
A esta hora el 777-300ER ya había llegado a Heathrow. En esta ocasión tocaba un
avión con librea especial.
El lounge está dividido en dos pisos. En ambos hay la misma oferta de comida y bebida, pero otras instalaciones como salas de juntas, de TV o de juegos están en un piso u otro.
La oferta de bebidas incluye lo típico de cualquier otro lounge: dos o tres whiskeys (blend y single malt), ron, algún licor dulce, dos opciones de vino tinto y blanco y champaña.
La comida, tal como lo imaginaba, no ofrecía mucha variedad: pasta y salsa marinara, guacamole con totopos, ensaladas, pollo en salsa BBQ, hoummous, arroz blanco, sopa miso y una crema de champiñones. Dos tipos de platillo de cada cosa que pudieras pedir: ensalada, sopa, plato principal, etc.
Pasé mi tiempo preparando cosas de trabajo y en unas llamadas de último momento y salí del lounge directo al avión. El abordaje fue sencillo pero noté un pequeño fallo logístico: aunque había un pasillo marcado claramente solo para clase turista, más de la mitad de los asientos de business quedan detrás de la puerta de embarque de clase turista. ¿El resultado? Casi todos los pasajeros de business innecesariamente terminan caminando detrás de los pasajeros que tienen asientos antes de la puerta 2.
Korean Air ofrece dos tipos de asientos de business en sus 777. Los Prestige Sleeper (como el que me tocó en este vuelo) y Prestige Suites. La diferencia es básicamente que las suites tienen una distribución que permite el acceso directo al pasillo a todos los pasajeros y que la pared divisoria entre asientos permite más privacidad.
Mi asiento para este vuelo.
El asiento ya tenía una cobija, un kit de amenidad y una bolsa con pantuflas. Además, en un compartimiento estaban los audífonos con cancelación de ruido y una botella de agua.
La vista desde el asiento
Antes de salir nos ofrecieron jugos y agua. Yo elegí un jugo de guayaba (es raro encontrarlo en UK) y me dejaron unos cacahuates.
Debo decir que este tipo de asientos es inadecuado, a mi juicio, para clases premium. Muchos viajeros quieren tener su espacio para descansar o trabajar y, a decir verdad, es muy difícil sentir que ese espacio existe cuando el porta vasos del asiento de al lado está físicamente más cerca que el tuyo.
El capitán anunció que teníamos un retraso por tráfico pero que repondríamos el tiempo en el aire. Mientras esperábamos la salida, las azafatas pasaron a los asientos preguntando qué queríamos comer y desayunar.
Básicamente teníamos solo el plato principal para escoger: opción oriental vegetariana, oriental con carne y occidental (un tenderloin de res). La mini-botana y la entrada eran la misma para todos (excepto si pedías menú especial antes del vuelo) y, si elegías el platillo occidental, te daban además una sopa (imagínense ver cuando le llevan una crema de elite a mi compañero de asiento cuando precisamente me da el antojo de sopa... y a mí no me toca). Para el desayuno, podías elegir entre huevos revueltos y congee (una especie de avena a base de arroz que sinceramente se me hace de lo más insípido).
Yo elegí el bibimbap (platillo nacional coreano) y el huevo.
Bastante espacio entre los asientos.
Finalmente empezamos el remolque 25 minutos después de la hora programada de salida y nos dirigimos a la cabecera de la 27L para despegar como número 8 en secuencia. Al final despegamos 53 minutos más tarde de la hora programada.
Ya en el aire, viramos por derecha para sobrevolar Londres y luego pasar a unas 5 millas al sur de Stansted en nuestro ascenso rumbo al NE.
Ya sobre Holanda empezaron los preparativos del servicio de comida. Primero nos trajeron una botana y una bebida. Este orden de servicio me llamó la atención. Casi siempre me ofrecen una bebida para hacer hambre y a lo Mejor unos cacahuetes para acompañar. Ahora fue algo más sustancioso: jamón de Parma y cebolla envinagrada.
Jamón de Parma con una cebollita envinagrada.
El problema de este tipo de botana es que no dura. Unos cacahuetes tardas más en comerlos pero esto se va en 3 minutos. Lo peor es que luego tardan mucho en traer el primer plato y, en este caso, la botana me pareció más que eso y mi subconsciente esperaba la siguiente ronda más pronto.
Finalmente llegó la ensalada de salmón como primer plato. Venia con un sobre de salsa de soya oscura y un tubo de aderezo picante (para estándar no-mexicano porque eso no picaba).
Ensalada de salmón.
Aquí viene mi primer queja del servicio. Nadie vino a rellenar mi copa de vino en este tiempo. Y es que uno esperaría que las azafatas se aseguren que uno tiene de beber.
Poco después que terminé la ensalada, me trajeron el bibimbap y a mi compañero de asiento le trajeron su sopa. Ahí escuché como le explicaban a otro pasajero que la sopa era para quien hubiera pedido la opción occidental (o sea: no me iba a tocar).
Bibimbap.
El bibimbap es simplemente una colección de verduras picadas y, en su mayoría, envinagradas con azúcar (pickled, como se dice en inglés), un plato de sopa miso y un tazón de arroz. Mi plato tenía carne molida, espinacas, pepino, dos variedades de hongos (shiitake y otro que no conozco), germen de soya y cebolla). Se supone debe haber una lógica u orden para comerlo pero, a falta de quien me explicara o de alguien a quien copiar, mejor me comí todo sin mezclar. Después me enteré que esa es una forma de comerlo. La única regla es no mezclar la sopa miso y el arroz.
Para cerrar, pasaron con un carrito con quesos y preguntaban a los pasajeros de cuál preferían. Elegí Brie y cheddar, y pedí una copa de oporto (es la mejor combinación posible). Aquí nuevamente falló el servicio: tuve que esperar más de 10 minutos sin tocar el queso hasta que finalmente trajeran el oporto.
Plato de quesos para cerrar el día.
Continúa....
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Aerolínea: Korean Air
Vuelo: KE908
Tipo de avión: Boeing 777-300ER
Matrícula: HL8250
Clase: Prestige (Business)
Asiento: 7A
[ANET]5127263[/ANET]
Nuevamente tocó hacer un viaje a Singapur y esta vez Korean Air tenía boletos a precios muy razonables (y con una escala interesante).
A diferencia de Emirates y otras aerolíneas en las que he volado más frecuentemente, Korean Air no ofrece servicio de transporte terrestre. El trayecto en taxi solo requirió hora y cuarto, lo normal cuando no hay tráfico (que no es tan común, porque casi siempre hay algo de tráfico). Tengo aversión a llegar corriendo al aeropuerto, así que siempre programo los taxis para que me recojan 5 horas antes del vuelo.
Llegando al aeropuerto ya estaba abierto el check-in (aun faltaban 4 horas). Dejé el equipaje y pasé de inmediato los filtros de seguridad.
Al hacer mi documentación, noté que el personal de la aerolínea estaba bien entrenado en las formas del Lejano Oriente. La chica que me atendió era inglesa y claramente no tenía sangre asiática en ella. Sin embargo, al saludarme y despedirse inclinó a cabeza y al tomar y entregarme mis documentos lo hizo con ambas manos juntas.
Ya conozco el lounge de SkyTeam (que es el que Korean Air usa), yo tenía hambre y sé que su selección de comida no es muy amplia. Así que mejor fui a un restaurante italiano en el aeropuerto a comer antes de irme al lounge.

Una bruschetta con camarones a la marinara.
A esta hora el 777-300ER ya había llegado a Heathrow. En esta ocasión tocaba un
avión con librea especial.
El lounge está dividido en dos pisos. En ambos hay la misma oferta de comida y bebida, pero otras instalaciones como salas de juntas, de TV o de juegos están en un piso u otro.
La oferta de bebidas incluye lo típico de cualquier otro lounge: dos o tres whiskeys (blend y single malt), ron, algún licor dulce, dos opciones de vino tinto y blanco y champaña.
La comida, tal como lo imaginaba, no ofrecía mucha variedad: pasta y salsa marinara, guacamole con totopos, ensaladas, pollo en salsa BBQ, hoummous, arroz blanco, sopa miso y una crema de champiñones. Dos tipos de platillo de cada cosa que pudieras pedir: ensalada, sopa, plato principal, etc.
Pasé mi tiempo preparando cosas de trabajo y en unas llamadas de último momento y salí del lounge directo al avión. El abordaje fue sencillo pero noté un pequeño fallo logístico: aunque había un pasillo marcado claramente solo para clase turista, más de la mitad de los asientos de business quedan detrás de la puerta de embarque de clase turista. ¿El resultado? Casi todos los pasajeros de business innecesariamente terminan caminando detrás de los pasajeros que tienen asientos antes de la puerta 2.
Korean Air ofrece dos tipos de asientos de business en sus 777. Los Prestige Sleeper (como el que me tocó en este vuelo) y Prestige Suites. La diferencia es básicamente que las suites tienen una distribución que permite el acceso directo al pasillo a todos los pasajeros y que la pared divisoria entre asientos permite más privacidad.

Mi asiento para este vuelo.
El asiento ya tenía una cobija, un kit de amenidad y una bolsa con pantuflas. Además, en un compartimiento estaban los audífonos con cancelación de ruido y una botella de agua.

La vista desde el asiento
Antes de salir nos ofrecieron jugos y agua. Yo elegí un jugo de guayaba (es raro encontrarlo en UK) y me dejaron unos cacahuates.
Debo decir que este tipo de asientos es inadecuado, a mi juicio, para clases premium. Muchos viajeros quieren tener su espacio para descansar o trabajar y, a decir verdad, es muy difícil sentir que ese espacio existe cuando el porta vasos del asiento de al lado está físicamente más cerca que el tuyo.

El capitán anunció que teníamos un retraso por tráfico pero que repondríamos el tiempo en el aire. Mientras esperábamos la salida, las azafatas pasaron a los asientos preguntando qué queríamos comer y desayunar.
Básicamente teníamos solo el plato principal para escoger: opción oriental vegetariana, oriental con carne y occidental (un tenderloin de res). La mini-botana y la entrada eran la misma para todos (excepto si pedías menú especial antes del vuelo) y, si elegías el platillo occidental, te daban además una sopa (imagínense ver cuando le llevan una crema de elite a mi compañero de asiento cuando precisamente me da el antojo de sopa... y a mí no me toca). Para el desayuno, podías elegir entre huevos revueltos y congee (una especie de avena a base de arroz que sinceramente se me hace de lo más insípido).
Yo elegí el bibimbap (platillo nacional coreano) y el huevo.

Bastante espacio entre los asientos.
Finalmente empezamos el remolque 25 minutos después de la hora programada de salida y nos dirigimos a la cabecera de la 27L para despegar como número 8 en secuencia. Al final despegamos 53 minutos más tarde de la hora programada.
Ya en el aire, viramos por derecha para sobrevolar Londres y luego pasar a unas 5 millas al sur de Stansted en nuestro ascenso rumbo al NE.
Ya sobre Holanda empezaron los preparativos del servicio de comida. Primero nos trajeron una botana y una bebida. Este orden de servicio me llamó la atención. Casi siempre me ofrecen una bebida para hacer hambre y a lo Mejor unos cacahuetes para acompañar. Ahora fue algo más sustancioso: jamón de Parma y cebolla envinagrada.

Jamón de Parma con una cebollita envinagrada.
El problema de este tipo de botana es que no dura. Unos cacahuetes tardas más en comerlos pero esto se va en 3 minutos. Lo peor es que luego tardan mucho en traer el primer plato y, en este caso, la botana me pareció más que eso y mi subconsciente esperaba la siguiente ronda más pronto.
Finalmente llegó la ensalada de salmón como primer plato. Venia con un sobre de salsa de soya oscura y un tubo de aderezo picante (para estándar no-mexicano porque eso no picaba).

Ensalada de salmón.
Aquí viene mi primer queja del servicio. Nadie vino a rellenar mi copa de vino en este tiempo. Y es que uno esperaría que las azafatas se aseguren que uno tiene de beber.
Poco después que terminé la ensalada, me trajeron el bibimbap y a mi compañero de asiento le trajeron su sopa. Ahí escuché como le explicaban a otro pasajero que la sopa era para quien hubiera pedido la opción occidental (o sea: no me iba a tocar).

Bibimbap.
El bibimbap es simplemente una colección de verduras picadas y, en su mayoría, envinagradas con azúcar (pickled, como se dice en inglés), un plato de sopa miso y un tazón de arroz. Mi plato tenía carne molida, espinacas, pepino, dos variedades de hongos (shiitake y otro que no conozco), germen de soya y cebolla). Se supone debe haber una lógica u orden para comerlo pero, a falta de quien me explicara o de alguien a quien copiar, mejor me comí todo sin mezclar. Después me enteré que esa es una forma de comerlo. La única regla es no mezclar la sopa miso y el arroz.
Para cerrar, pasaron con un carrito con quesos y preguntaban a los pasajeros de cuál preferían. Elegí Brie y cheddar, y pedí una copa de oporto (es la mejor combinación posible). Aquí nuevamente falló el servicio: tuve que esperar más de 10 minutos sin tocar el queso hasta que finalmente trajeran el oporto.

Plato de quesos para cerrar el día.
Continúa....
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