PRESTACION DE EMPLEADOS / MERCADO NEGRO PARA AEROMEXICO
Cualquier extranjero que pise suele mexicano encontrará en pocas semanas algún conocido que le ofrezca pasajes a mitad de precio para viajar a cualquier lugar del mundo. "Si tienes un poco de disponibilidad, por diez mil pesos puedes irte al destino que eligas", es la frase que suelen utilizar los vendedores del mercado negro que se construyó alrededor de Aeroméxico.
Se trata de un negocio paralelo montado sobre los tickets que la aerolínea entrega como beneficio laboral a sus empleados. Negocio que, al parecer, ya empezó a generar un impacto negativo en la empresa que dirige Andrés Conesa: cerca de 200 mexicanos permanecen varados desde hace largos días en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.
Algunos de los viajeros aseguran estar esperando un lugar para volver a casa desde hace más de una semana. Pero en épocas vacacionales, los aviones están abarrotados. El aeropuerto se convirtió entonces en una suerte de campamento.
La explicación de Aeroméxico es simple: los pasajeros que compraron esos tickets saben -siempre que el vendedor extraoficial se los haya explicado- que están sujetos a disponibilidad. Quiere decir que uno paga la mitad del precio, a riesgo de no tener lugar en el vuelo que desea tomar. Una suerte de pasajero clase B.
"Aeroméxico reitera su compromiso con los clientes, quienes adquirieron su boleto con la aerolínea y no a través de un beneficio de empleados, para asegurarle el traslado hasta su destino final", señala el comunicado de la firma.
La empresa no explica por qué no impone restricciones a los tickets que se entregan a modo de prestación. Por ejemplo, muchas aerolíneas internacionales restringen el uso de estos pasajes a familiares de los empleados, justamente para no permitir que se comercialicen.
"Lo habitual es que puedas tardar uno o dos días en volar, no lo que está pasando aquí. Algunos llevamos casi dos semanas viviendo en el aeropuerto", se quejan los varados.
Con Aeroméxico desentendida del problema, el consulado mexicano en España debió tomar cartas en el asunto y para calmar un poco los ánimos repartió una ayuda económica para los pasajeros que llevaban largos días durmiendo -y consumiendo alimentos y bebidas- en las instalaciones de Barajas.
http://m.lapoliticaonline.com.mx/nota/92359/
Rob