Ilse y Madison, los halcones que cuidan el AICM

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fuente: milenio.com

Ciudad de México-Lejos del ajetreo de pasajeros, filas y aduanas, Madison extiende sus alas a un lado de la pista de despegue y se encarga de que todo siga en marcha. Es uno de los halcones peregrino que resguardan el transitado Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Su labor es alejar cualquier ave que pudiera colisionar con un avión o meterse en las turbinas, lo que puede causar un accidente o importantes retrasos y afectar a la terminal aérea, la más transitada de América Latina, que movió en 2017 cerca de 44 millones de personas.

Quienes conocen de aviación saben lo amenazantes que pueden ser las aves. En 2009, un avión de US Airways amerizó en el río Hudson de Nueva York luego de que un grupo de pájaros se estrellara contra él.

"Es peligroso, no pueden convivir las aves con los aviones porque puede haber colisiones, las puede absorber alguna turbina", dice Óscar Chávez, de 26 años, uno de los biólogos encargados de los halcones guardianes.

Por ello, los 365 días del año, Madison e Ilse, los dos halcones peregrino que tiene el aeropuerto, salen a trabajar entre las pistas.

"Lo único que ellas hacen es volar, las aves van a observar que tienen a su depredador y se van a dispersar", dijo Nayely Flores, encargada de control de fauna de la terminal aérea en la capital mexicana.

Sin embargo, preparar en esta ocasión a Madison para uno de esos vitales vuelos es una operación precisa.

"Es casi un ritual", dice la bióloga mientras su equipo prepara al ave para el vuelo del día. Le colocan un localizador por si se aleja y preparan un cebo de carne de codorniz para mantener su atención.

- Sin cetrería

En ocasiones, un halcón como Madison puede estar volando hasta dos horas dependiendo de las condiciones del clima, pues las aves rapaces suelen buscar las corrientes de aire cálidas.

Sin embargo, debido al frío estos días en la Ciudad de México, los vuelos son más cortos y el objetivo parece casi cumplido: no se observan aves silvestres visitando el aeropuerto.

Golondrinas, cernícalos y milanos están entre las aves que durante la temporada invernal deben ahuyentar Madison e Ilse.

Hasta antes de 2014, para controlar a la fauna las autoridades del aeropuerto utilizaban cetrería, es decir la caza con aves rapaces.

Sin embargo, con el método actual, los halcones únicamente alejan a otros pájaros y se evita que ataquen a una especie en riesgo.

"Si llega a ocurrir eso, nosotros podríamos tener una sanción" de las autoridades ambientales, advierte Flores.

Además, el nuevo método evitó un problema de la cetrería: si un halcón atrapa a otra ave y la devora, después estará muy lleno para seguir trabajando.

- Equipo de aves rapaces

No solo hay halcones peregrino al servicio del aeropuerto.

También hay un halcón aplomado llamado Panchito que por su menor tamaño hace honor al diminutivo de su nombre, y tres aguilillas de Harris, muy parecidas al águila real, pero son más pequeñas.

A una de ellas la llaman "Loca" por su agresividad.

Por su forma de volar más bajo, las aves como "Loca" son utilizadas más cerca de las salas de abordar, en donde hay un mayor movimiento de aviones y vehículos de apoyo.

Aunque las aves rapaces son los animales más llamativos para el control de fauna, el equipo del aeropuerto capitalino cuenta también con perros que son utilizados para ahuyentar a los pájaros que llegan a ubicarse entre las pistas.

También existe un equipo que controla los insectos a través de químicos para evitar que las aves los vean como alimento.

Al cierre de la jornada, todos los animales descansan en un pequeño hangar a un costado del aeropuerto como si fueran una familia. Mientras, el aeropuerto de Ciudad de México mantiene su ritmo frenético.

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Ella es Nayeli Flores, la mujer a cargo del Control de Fauna del AICM

Ciudad de México.-

Bióloga de profesión, Nayeli Flores Guadarrama de 35 años se desarrolla como coordinadora de las actividades de Control de Fauna en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) desde el 2013.

Actualmente, es la líder de un grupo de 27 personas; entre ellas médicos veterinarios y biólogos que trabajan en conjunto para disminuir el riesgo que los animales silvestres pueden ocasionar en toda operación aérea.

Para darte una idea más clara, se encarga de controlar que ningún pájaro u otro tipo de animal choque con los aviones y ocasione algún accidente.

En entrevista exclusiva para Excélsior, Nayeli nos contó su experiencia trabajando en el área de Control de Fauna del aeropuerto más importante de América Latina, el AICM.


¿Cuáles son tus principales funciones como Coordinadora del Control de Fauna?





“Me encargo de elaborar las estrategias para poder tener mayor eficiencia en resultados. El principal objetivo es evitar impactos de aves con las aeronaves, pues comparten el mismo espacio aéreo. Superviso que las actividades se lleven a cabo conforme a lo establecido, en un plan de manejo autorizado por la Secretaría del Medio Ambiente”

Nayeli mencionó que el aeropuerto de la CDMX antes de la pandemia tenía mil doscientas operaciones diarias, pero que ahora se redujeron a 750, sin embargo, los vuelos son las 24 horas los 365 días del año, por lo que su equipo hace varios turnos; el primero de ellos de 7 de la mañana a 7 de la noche.

“Durante la noche implementamos otros métodos dado que la fauna es distinta, tenemos fauna diurna y fauna nocturna como búhos o lechuzas. También hay otras especies de menor tamaño, pero de mayor abundancia como las golondrinas, los pinzones, gorriones, entre otros. Toda esta fauna se cataloga como de alto riesgo para la aviación”, dijo.

Hasta ahora, se tienen registradas 83 especies dentro del área de movimiento, entre ellas, aves, mamíferos y reptiles.

Principalmente, trabajan con perros entrenados y aves, pero también usan otros métodos como el control de roedores, de hormigas y de insectos voladores.



¿Cómo realizan el control?

Aves rapaces

“Son el método natural más común usado en casi todos los aeropuertos, usamos tres especies: aguilillas de Harris, halcones aplomados y halcones peregrinos. Son el depredador natural de otras aves, por lo que hago vuelos en toda el área de movimiento del aeropuerto y lo que pasa es que las otras aves ven a su depredador y por lo tanto no se quieren acercar”, afirmó.

Nayeli Flores comentó que de septiembre a marzo es la época de migración de las aves rapaces y el aeropuerto justo queda a su paso, por lo que antes de esa fecha ya están prevenidos con un control de roedores para que no sean atractivos para ellas.

Golondrinas

En el caso de las golondrinas, en febrero empiezan a hacer aplicaciones de plaguicidas autorizados y nobles con el medio ambiente para trabajar con la disminución del mosco, de la palomilla dorada y de la palomilla blanca, los principales alimentos de estas aves.

“No podemos controlar un ave rapaz de la misma manera que una golondrina. Una es un ave carnívora y la otra es insectívora, es por eso que hacemos también control de roedores porque son un atractivo alimenticio para las rapaces, mientras que los insectos voladores atraen a las golondrinas”, mencionó.

Cuando llega la migración de la golondrina en marzo, el aeropuerto ya tiene una menor población de insectos, los cuáles se van a zonas aledañas.

“Es bien importante hacer un control de fauna adecuado con los métodos indicados para cada una de estas especies, porque cuando los aviones van despegando o aterrizando pueden llegar a haber algunas especies en grupo o en solitario y pueden ocurrir impactos que ocasionan el despiste de un avión o un incidente más grave”, señaló.



Los héroes de cuatro patas





“Tenemos 5 perros de acoso y repulsión, estos perros están entrenados para andar por el área de movimiento, es decir, las áreas verdes, sin cruzar las pistas y rodajes. Así las aves los ven desde arriba como un depredador y no se acercan a las zonas de mayor riesgo como las pistas. También, cuando hay garzas, los perros corren detrás de ellas para dispersarlas y que no se vuelvan un obstáculo para la operación”, dijo.

¿Cuál ha sido tu mejor experiencia trabajando en control de fauna?

“La verdad es que es un trabajo muy demandante. Hermoso porque finalmente estoy laborando bajo los criterios de mi carrera, sin embargo, hay momentos de mucho estrés porque la fauna no está quieta, no tienen un horario, así que hay que estar en constante movimiento, vigilancia y atendiendo los reportes de gatos, perros, serpientes, aves, etc. Los incidentes van a existir porque la fauna solo se puede controlar, no se puede erradicar, pues iría contra cualquier principio ambiental, entonces se intenta disminuir el riesgo que la fauna puede ocasionar en la operación aérea. Con riesgo me refiero a que no es lo mismo que impacte una golondrina que pesa entre 12 y 20 gramos a que impacte un ganso que puede llegar a pesar entre 4 y 7 kilos, así que creo que creo que la mejor experiencia es que puedo desarrollarme en mi ámbito profesional”, afirmó.

¿Qué sientes al ser la líder de un grupo tan importante como este?



“Me siento muy contenta de trabajar con gente tan profesional. Aunque somos biólogos y médicos veterinarios, todos tenemos fortalezas y áreas de conocimiento específicas. Tenemos la misma finalidad, que es la seguridad operacional. Me siento orgullosa, feliz y satisfecha de poder contribuir con algo para que el AICM pueda tener seguridad operacional”, finalizó.

Aquí un poco más del trabajo de Nayeli:



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