¡¡¡JOVENES!!! (y viejos también).
Nuevamente pido calma...
Este es sin duda el tema de mayor polémica que se ha sucitado en la historia del país, pero por supuesto.
Pero es este el momento en que los mexicanos debemos estar unidos, no antes, no después.
Señores, toda elección bajo sistema democrático Platónico-Aristotélico-Toquevileno se basa en las probabilidades y los números. Finalmente es un juego de cifras el que determina las diferencias.
Esta ocasión, vivimos lo que se ha vivido en otros estados democráticos, esto mismo pasó en Francia hace ya muchos añeres, esto mismo se acabó de vivir en los Estados Unidos hace poco más de dos años.
A nadie le gusta perder, se entiende; sabemos lo que el PRD y sus coaliciones pasaron y sufrieron para tratar de alcanzar la silla; pero de igual manera la padeció el PAN, como el PRI, y como todos los partidos que dijeron: "¡Yo también!".
Tenemos que entender que este proceso fué muy cerrado, y que en una democracia alguien tiene que ganar. Las impugnaciones se vieron, y habrá quien critique los procedimientos del TRÏFE. Pero debemos entender que las instituciones estan para eso: para dirimir las controversias y delimitar un ganador en la contienda electoral.
Si no creemos en lo que se ha venido construyendo desde hace pocos años, si no vemos lo que con sudor, lágrimas y sangre se ha creado para dar certeza electoral, y si no respetamos lo que las instituciones que menciono deciden PRECISAMENTE para solucionar estas controversias, en vano ha sido el esfuerzo que otros (los que aún están y los que ya se fueron) han puesto para lograrlo.
No dudo del voto que los millones de seguidores a AMLO depositaron para buscar el triunfo... pero tampoco puedo dudar del voto de los otros millones que votaron por Calderón, por Madrazo, por la Mercado, por Campa... e inclusive por los que votaron por el Dr. Simi y por Brozo.
Señores, unos ganaron, otros perdieron, pero no podemos perder la perspectiva de que lo que vivimos fue un proceso democrático que, en mis tiempos de inflancia, ni siquiera podíamos soñar.
Por ello, y entiendo el malestar de quienes perdieron, llamó a la cordura y a su buen juicio: no podemos generar un país dividio, ¡¡no ahora!!, tenemos una fuerte competencia comercial y económica allá afuera, el mundo se revuelca en dificilísmas circunstancia políticas, y la Tierra se la esta cobrando con tremendos desastres naturales. No vamos a lograr nada si peleamos entre nosotros, no lleguemos a niveles insospechados.
Revelemos al mundo la enorme capacidad que tenemos los mexicanos para resolver nuestras diferencias y la capacidad que tenemos para afrontar las adversidades, démos el ejemplo a otras naciones democráticas que no han podido o sabido respetar la diversidad ideológica y la tolerancia.
El país no es un AMLO, tampoco es un Calderón, el país somos todos, pensemos en él y en nosotros mismos, para nuestro propio beneficio. No le demos la espalda a los propios mexicanos.
Sea pues, en beneficio de la paz y de la prosperidad nacionales.
Saludos,