javier hernandez
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México.- Mientras hacían cola en el aeropuerto de Mérida, pasajeros escucharon al arzobispo de Yucatán, monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, exigier en el mostrador su pase para Clase Premier, para abordar el vuelo 524 de Aeroméxico.
Monseñor Berlie, exigió que se le asignara el lugar Clase Premier que había reservado con anticipación, pero los empleados de la aerolínea le explicaron que a esa hora, ya estaba lleno el cupo y que era imposible atender su petición; esto hizo enojar al prelado, que alegó que había hecho hasta cinco llamadas, pero los empleados insistieron que nada podían hacer.
Nate ello, el prelado tuvo que hacer uso de su nombre y cargo, y con nepotismo dijo “¿No saben quién soy?”, sin esperar respuesta subrayó: “Soy el jefe de todos los católicos de Yucatán y Campeche…”.
El empleado de Aeroméxico respondió: “Lo siento, ya no hay espacio”. Resignado, el arzobispo, monseñor Berlie Belaunzarán aceptó el pase de abordaje para la clase económica.
Monseñor Berlie, exigió que se le asignara el lugar Clase Premier que había reservado con anticipación, pero los empleados de la aerolínea le explicaron que a esa hora, ya estaba lleno el cupo y que era imposible atender su petición; esto hizo enojar al prelado, que alegó que había hecho hasta cinco llamadas, pero los empleados insistieron que nada podían hacer.
Nate ello, el prelado tuvo que hacer uso de su nombre y cargo, y con nepotismo dijo “¿No saben quién soy?”, sin esperar respuesta subrayó: “Soy el jefe de todos los católicos de Yucatán y Campeche…”.
El empleado de Aeroméxico respondió: “Lo siento, ya no hay espacio”. Resignado, el arzobispo, monseñor Berlie Belaunzarán aceptó el pase de abordaje para la clase económica.
