Carta al Presidente Enrique Peña Nieto
http://secretariageneralaspa.org/?p=14966
La fragilidad de nuestra industria aérea no puede ocultarse, sin embargo, aun así, aporta un importante porcentaje del producto interno bruto. Pero lo más importante es que se trata de una actividad económica con historia y que su preservación y fortalecimiento va más allá de un simple discurso nacionalista o de soberanía del espacio aéreo, conceptos que tanto critican ahora los economistas globalizadores. Lo de fondo es que esta industria la hacemos mexicanos, permite el desarrollo del país y es fuente de trabajo nacional.
La apertura de cielos ha sido una constante en los últimos años y las presiones del exterior vuelven otra vez a preocuparnos. Porque si sumamos todas las aeronaves de las empresas mexicanas que realizan tráfico doméstico e internacional de pasajeros y mercancías, no hacemos ni la mitad de la flota de una sola de las 5 megatransportadoras norteamericanas que hoy quieren avanzar en la política de cielos abiertos para expandir toda su influencia hacia el mercado mexicano, entre otros.
Los equipos de vuelo no constituyen la única asimetría entre la aviación norteamericana y nosotros. El gobierno de Estados Unidos considera al transporte aéreo como asunto de Estado y en nuestro país parecería ser parte de un simple negocio que si es competitivo sobrevive, si no lo es, desaparece; ellos cuentan con protección vía subsidios y reestructuran sus pasivos dentro del esquema del capítulo 11 de quiebras, aquí pasan cuatro años y después de la incertidumbre e indefinición acumulada se decreta la quiebra de Mexicana, en un acto, que sin conceder a razón alguna, sepulta a la pionera de la aviación nacional en un abrir y cerrar de ojos, y con ella también, los anhelos de miles de trabajadores mexicanos por recuperar una fuente de trabajo digna, generadora de recursos y talento.
En otras palabras, si el gobierno federal toma la decisión de abrir los cielos en las circunstancias actuales, el espacio aéreo mexicano dejará de serlo y pondrá en riesgo la subsistencia del transporte aéreo de nuestro país al perderse incalculables puestos de trabajo calificado que se sumarían a los miles ya perdidos hasta el momento.
Por ello, nos hemos opuesto y seguiremos oponiéndonos a una política de cielos abiertos y esperamos que el gobierno federal comparta estas mismas preocupaciones. Nuestra inquietud legítima sobre el futuro de la industria aeronáutica nacional tiene muchos elementos de análisis, pero uno de los temas que ha impactado de manera contundente nuestro escenario fue la suspensión de las actividades del Grupo Mexicana de Aviación, hacia finales del 2010, hoy declarada oficialmente en quiebra.
Con esta acción:
Se perdieron 8,687 empleos directos altamente calificados y se calcula entre 80,000 y 100,000 la pérdida de los empleos indirectos.
Se afectaron 3.4 millones de pasajeros en rutas domésticas, equivalente al 28.5% del total del mercado doméstico, y a 2.1 millones de pasajeros en rutas internacionales, equivalente al 64.3% de los pasajeros internacionales transportados por las aerolíneas mexicanas.
Las tarifas en rutas domésticas aumentaron hasta el 60% y las tarifas en rutas internacionales aumentaron entre el 70 y el 280%.
Tras la salida de Mexicana de Aviación, se dejaron de atender con oferta nacional 35 mercados internacionales y se dejaron de servir 123 pares de ciudades (origen-destino). El nivel de conectividad nacional e internacional aún no se ha restituido completamente, como reconocen las autoridades de la materia.
En caso de que el decreto de quiebra de Mexicana implique su total desmantelamiento y culminación, se quedarían sin pago más de 26 mil acreedores y el impacto inmediato al erario por el no pago de adeudos a los diferentes organismos del Estado será de casi 3,506 millones de pesos (292 millones de dólares). Conforme a la información expuesta y derivado de los últimos acontecimientos en donde después de casi cuatro años de indefiniciones hoy se decreta en estado de quiebra la línea aérea insignia de México, se hace necesario revisar el proceso por el que actualmente se encuentra CMA con la finalidad de proteger el derecho último de sus trabajadores y en general de la débil situación en la que se ubica nuestra industria aeronáutica nacional.
Con unidad y esfuerzo creativo, sin anteponer intereses personales de índole económico o político y asumiendo un modelo en donde todas las partes involucradas manifiesten su voluntad para encontrar soluciones, se podrá generar empleo de calidad a miles de trabajadores mexicanos altamente calificados y con gran talento, actitud y conocimiento.
Estamos seguros que nuestra visión será valorada y tomada en cuenta con seriedad y responsabilidad por parte del Gobierno Federal, en política no hay coincidencias, solo voluntades; es tiempo de mostrar la voluntad real para hacer de un tropiezo pasado un logro y una virtud en el presente.
Cap. Carlos M. Díaz Chávez Morineau
Secretario General
ASPA de México
Comentario personal: esto me lo acabo de encontrar en facebook ., realmente si hay un miedo y una incertidumbre por lo que podría pasar., he visto mucho comentarios donde se dice que asi como México abre sus cielos los otros países tienen que ser recíprocos y abrir sus cielos de igual forma, desde luego tiene que haber reciprocidad, no creo que siendo como son los Estado Unidos quieran abrir sus cielos y tratar a México en igualdad de derechos., ellos siempre se han expandido a donde han querido, y no estoy hablando mal de este país, yo no tengo inconveniente alguno si hubiese forma de salir beneficiados y no afectados, porque de acuerdo a la carta se habla mucho de las afectaciones para los empleados de las empresas de aviación mexicanas, quedarse sin empleo,y verse entre la espada y la pared, mucho pilotos como lo vimos en Mexicana de Aviación tienen la oportunidad de irse a otros países, pero no todos tienen esas canonjías, yo creo que esa es la mayor preocupación, la pérdida de trabajo para los mexicanos (pilotos, sobrecargos, despachadores, etc etc)
Saludos compañeros foristas