Buenas tardes, leí un artículo en el periódico Milenio en el que habla de los aviones presidenciales y toca el tema del actual avión presidencial, adjunto el articulo completo.
Realmente cual es el estado del avión presidencial.
Como los medios siempre tienden a exagerar la nota, les pregunto a ustedes, que tienen un gran conocimiento sobre estos temas.
El avión de Calderón
En Privado
Joaquín López-Dóriga
2010-04-14•Al Frente
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Quieren salvar su pasado, no
nuestro futuro. Florestán
El tema de los aviones presidenciales en México siempre ha sido un caso perdido.
Ubicados en la media universal de que los jefes de gobierno tienen un sistema de transporte propiedad del Estado por razones que sólo los extremos niegan, el avión de la Presidencia de México ha sido siempre un tabú.
Cuentan que el primer aparato fue en tiempos de Miguel Alemán, un DC-3 al que luego, con Adolfo Ruiz Cortines, alcanzó un DC-6, el Francisco Zarco, y más tarde, con Díaz Ordaz, un entonces moderno turbohélice F-27.
Fue hasta Echeverría cuando la turbina entró a la flota presidencial con un pequeño jet ejecutivo de siete asientos que por su tamaño bautizaron como Topo Gigio, aunque su nombre oficial era Miguel Hidalgo.
Cuando López Portillo estaba en aquello de administrar la abundancia, se compraron a Mexicana de Aviación siete Boeing 727 usados, que a su vez aquella había adquirido de Eastern Airlines, ya desaparecida. Dos fueron para el transporte presidencial, los Quetzalcoatl I y II, que fueron motivo escándalo, como diez años después lo sería, cuando Miguel de la Madrid, en medio de su crisis económica crónica, adquirió un Boeing 757 que tuvo que poner a la venta sin estrenar, ante la crítica. Un susto aéreo en el viejo Boeing, superó la crítica y recuperó el nuevo que, desde entonces, hace casi un cuarto de siglo, han utilizado Salinas, Zedillo, Fox y ahora Calderón.
El accidente del Tupolev-154, el sábado, en el que falleció el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, y más de la mitad de su gobierno, llevó a los jefes de seguridad de todos los presidentes del mundo a revisar sistemas y aparatos.
El punto es que, técnicamente, el TP-01 (Transporte Presidencial número 1) de la Fuerza Aérea Mexicana, adscrito al Estado Mayor Presidencial, ha visto pasar sus mejores tiempos durante más de 24 años.
Pero dadas las precarias condiciones, más que económicas, políticas, actualmente es imposible que el presidente Calderón se eche el tiro de cambiarlo, por lo que tiene que asumir los riesgos que eso conlleva.
Y no me refiero a lo políticos.
Realmente cual es el estado del avión presidencial.
Como los medios siempre tienden a exagerar la nota, les pregunto a ustedes, que tienen un gran conocimiento sobre estos temas.
El avión de Calderón
En Privado
Joaquín López-Dóriga
2010-04-14•Al Frente
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Quieren salvar su pasado, no
nuestro futuro. Florestán
El tema de los aviones presidenciales en México siempre ha sido un caso perdido.
Ubicados en la media universal de que los jefes de gobierno tienen un sistema de transporte propiedad del Estado por razones que sólo los extremos niegan, el avión de la Presidencia de México ha sido siempre un tabú.
Cuentan que el primer aparato fue en tiempos de Miguel Alemán, un DC-3 al que luego, con Adolfo Ruiz Cortines, alcanzó un DC-6, el Francisco Zarco, y más tarde, con Díaz Ordaz, un entonces moderno turbohélice F-27.
Fue hasta Echeverría cuando la turbina entró a la flota presidencial con un pequeño jet ejecutivo de siete asientos que por su tamaño bautizaron como Topo Gigio, aunque su nombre oficial era Miguel Hidalgo.
Cuando López Portillo estaba en aquello de administrar la abundancia, se compraron a Mexicana de Aviación siete Boeing 727 usados, que a su vez aquella había adquirido de Eastern Airlines, ya desaparecida. Dos fueron para el transporte presidencial, los Quetzalcoatl I y II, que fueron motivo escándalo, como diez años después lo sería, cuando Miguel de la Madrid, en medio de su crisis económica crónica, adquirió un Boeing 757 que tuvo que poner a la venta sin estrenar, ante la crítica. Un susto aéreo en el viejo Boeing, superó la crítica y recuperó el nuevo que, desde entonces, hace casi un cuarto de siglo, han utilizado Salinas, Zedillo, Fox y ahora Calderón.
El accidente del Tupolev-154, el sábado, en el que falleció el presidente de Polonia, Lech Kaczynski, y más de la mitad de su gobierno, llevó a los jefes de seguridad de todos los presidentes del mundo a revisar sistemas y aparatos.
El punto es que, técnicamente, el TP-01 (Transporte Presidencial número 1) de la Fuerza Aérea Mexicana, adscrito al Estado Mayor Presidencial, ha visto pasar sus mejores tiempos durante más de 24 años.
Pero dadas las precarias condiciones, más que económicas, políticas, actualmente es imposible que el presidente Calderón se eche el tiro de cambiarlo, por lo que tiene que asumir los riesgos que eso conlleva.
Y no me refiero a lo políticos.