El tono de tu voz era muy sugerente, tus ojos empezaron a mirarme de una forma algo malvada, como si tu cabeza tramase algo especial y yo pudiese predecir que seria...
Cogiste mi copa y me la ofreciste, pero yo atónita solo quería beber de tu boca, no pude aguantarme más y te besé... como pudiste dejaste otra vez la copa en la mesa, mis manos agarraron tu cintura abrazándote con fuerza hacia mi cuerpo...