Esta cadena de tuits del consultor
Aristóteles Núñez es lo más informativo y neutral que pude encontrar con respecto al tema:
Nota importante: la readquisición de bonos es condicional a que los tenedores acepten la oferta del Gobierno Federal que representa el 10% de pérdida de su inversión. Ellos, ahora, tendrán que decidir si tomar la oferta (muy, muy improbable) o litigar en
class action en las cortes internacionales, algo que sucede al haber sido ofertadas en el New York Stock Exchange (NYSE), lo que le da jurisdicción a EEUU—
como informa Mario Maldonado:
En este tipo de procesos jurídicos,
normalmente suceden dos cosas: o ganan los demandantes y logran un veredicto que les otorga un retorno de inversión superior al que habían vislumbrado, o hacen un "settlement" fuera de corte que termina en una cifra opaca, pero frecuentemente un punto medio, para evitar la continuación de gastos legales.
En mi propio análisis de la situación, al parecer la nueva administración está blindándose ante todo potencial escenario que se les presente, desde las demandas hasta incluso la eventual continuación del proyecto. De haber tomado la decisión de cancelar las obras el 1 de diciembre, las demandas hubieran procedido inmediatamente. Es por eso que la construcción continuó, hasta poder solucionar los numerosos pleitos legales que se avecinan y tomar una decisión. No por nada este golpe mediático se anunció en domingo, justo en la "cruda" de la celebración de toma de protesta.
El Gobierno está en una situación pierde-pierde-pierde: o se genera una pérdida estrepitosa de fondos públicos al continuar con el plan de cancelación, recomprando los bonos (incluso a un precio mayor al propuesto, en donde perderían 10% de su inversión) y dándole armas a sus críticos durante todo el sexenio; o se pierde más dinero aún arriesgándose a un juicio internacional y llevándonos a un posible "settlement"; o se pierde credibilidad política ante su base de seguidores por "incumplir" la promesa más grande de su campaña en los primeros días de gestión.
En fin: este caso lo veo cada vez más como un Brexit; es decir, una administración contra la pared tomando decisiones (que si son correctas o incorrectas está fuera del alcance de este comentario) sin dimensionar lo complicado que sería llevar a cabo la gimnasia legal y política.
Para que quede claro cómo está la situación, lo explico como si habláramos de una casa.
1) Juan y su familia (esposa y 3 hijos) ya no caben en su casa actual. Los hijos tienen 19 y 14 años, mientras que la hija tiene 11.
2) La casa tiene 3 recámaras, pero una está habilitada como estudio, así que los 3 hijos comparten una recámara.
3) La casa tiene cochera para 2 carros.
4) Juan se dió el gusto de comprarse una moto y el hijo mayor tiene su carro propio. Así que de momento dejan un carro en la calle y la oyó en el jardín (Juan odia tener que jalarla por un pasillo entre la casa y la barda cada que quiere salir en ella).
5) La casa está en una zona propensa a inundarse, por lo que es común que queden encerrados en casa sin poder salir, o tengan que esperarse unas horas cuando llueve fuerte antes de poder regresar a casa.
6) Juan quiere mandarse hacer una casa nueva a las afueras de la cuidad. Ya compró un terreno muy grande, donde cabe una casa de 4 habitaciones (todas con baño propio), con estudio y cochera para 4 carros y la moto. Además, tendría un jardín casi del doble de tamaño, con asador y horno de leña. Incluso, el arquitecto propone poner la casa a la orilla del terreno para que, en unos años, pueda construir dos casitas más para sus hijos.
7) Andrea, su esposa quiere ampliar la casa actual haciendo muchos cambios (no quiere vivir a las afueras). Primero, extendería la casa 4 metros hacia el jardín. La mitad de la actual planta baja se haría cochera y el resto quedaría como un estudio para que estudien los hijos. La extensión sería una sala de juegos. En el jardín pondría un cobertizo para la moto de Juan por lo que solo quedaría una cuarta parte del jardín actual. Los pisos superiores serían más grandes cubriendo toda el área de la planta baja extendida. El segundo piso sería sala, cocina y comedor. El tercer piso tendría 3 recamaras con baño compartido, una para cada hijo. El cuarto piso tendría la mitad un balcón y el resto sería la recámara de Juan y Andrea (con baño propio).
8) Juan consultó con varios amigos (uno es arquitecto, otro ingeniero, otro más tiene empresa de materiales de construcción) para construir la casa nueva o ampliar la suya. Ellos le explicaron que las molestias de ampliar eran muchas y que, además, tenían que reforzar cimientos, tumbar paredes y hacer muchos trabajos solo para poder extender la planta baja de la casa (y eso sin contar las molestias de no tener cocina por varias semanas). Al final, decidió era mejor hacer la casa nueva.
9) Andrea sospecha que lo hizo por ser chamba para sus cuates pero no sabe si también acordó precios justos o no (por su forma de ser, siempre alega que Juan es un malgastado y siempre paga de más por comprarle a sus amigos).
9) Entre sus ahorros y un crédito hipotecario sindicado (un crédito que dan varios bancos juntos) por 500 mil pesos, Juan juntó para empezar a construir la casa.
10) Cuando la obra negra iba al 40%, el trabajo de Juan le mandó a trabajar en un barco en alta mar por 9 meses.
11) Apenas se fue Juan y Andrea ordenó cancelar la construcción de la casa porque ahora se iba a ampliar la que tenían. Los amigos de Juan le explicaron que ellos tenían contrato firmado y además había un crédito hipotecario.
12) Andrea ahora diciéndole a los amigos que les va a comprar a ellos el material para ampliar la casa.
13) Andrea hizo cuentas con la hipoteca y vio que le prestaron 500 mil pesos a Juan a pagar en 10 años. El total a pagar sería 630 mil pesos.
14) Andrea ahora fue al banco que maneja el crédito a nombre del resto de los prestamistas a decirles: miren, les devuelvo la lana de la hipoteca hoy mismo. Les pago 450 mil por esos 500 mil que me prestaron. Si no aceptan no les devuelvo nada.
15) Como la hipoteca está a nombre de toda la familia (incluido el hijo mayor de JUAN), si se detiene la obra de la casa nueva o Andrea no paga una mensualidad, ellos tienen el poder de reventar la calificación crediticia de la familia (buró de crédito) y hasta pudieran embargar la casa nueva y la actual para recibir su pago completo. Solo que eso costaría dinero y tiempo.
16) Al parecer, Andrea apuesta a que los bancos prefieran evitarse la molestia y acepten el pago. Pero si un banco decide no aceptar (u otro banco “buitre” llega y compra la deuda para entonces no aceptar el pago anticipado), entonces Andrea puede acabar en un juicio pagando miles de pesos en honorarios de abogados y muy posiblemente sea condenada a pagar los 630 mil pesos antes que sean los 10 años de plazo. O tendrá que ofrecer una cantidad cercana para arreglarse fuera de tribunales y pagar para detener el proceso y que la saquen a ella y a la familia del listado del buró de crédito.
Eso es lo absurdo de la situación del AICM.
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