O sea que segun tu The Economist le va al Peje, y por eso es que dice que el sobrecosto de la obra es por pura corrupcion. Seguramente la famosa casa blanca tambien asi fue el caso, pobre EPN y los malentendidos, beatificacion ya!!
Es que The Economist no dice eso! El artículo está centrado en la consulta y de hecho se enfoca en criticar la consulta.
El título claramente dice “dejar que los pasajeros piloteen el avión. El presidente electo de México pone a voto el nuevo aeropuerto capitalino. Un ejercicio dudoso de democracia directa.”
Me permito copiar el fragmento del único párrafo (parte del octavo de los 12 párrafos del artículo) de The Economist que habla de corrupción:
Although contracts to build NAICM were awarded in a transparent way, the companies that secured them are not required to report regularly on their progress. That feeds a suspicion that cost overruns are the result of corruption.
Básicamente dice “aunque los contratos fueron otorgados de forma transparente, las empresas que los ganaron no están requeridas a reportar avances de forma periódica. Eso alimenta la sospecha que sobrecostos son el resultado de corrupción”.
Claramente dice que:
1) los contratos se dieron de forma transparente.
2) Que las empresas no están requeridas a reportar de forma periódica (que no es lo mismo a decir que no tienen que reportar avances).
3) la falta de reportes alimenta la sospecha (genérica) que sobrecostos son causados por corrupción.
Regeneración suele citar publicaciones internacionales detrás de un paywall para dar validez a sus argumentos (la mayoría de sus lectores no va a consultar la fuente y mucho menos va a pagar la suscripción). El resultado es simple: citan mal a un artículo para dar credibilidad a su propia nota. Mal periodismo. Punto.
Pero ese es el problema de muchas publicaciones como esa y otras pro peje, anti peje, pro PRIAN, pro PAN, anti PAN, anti PRI, etc, etc (porque el mal periodismo no sabe de líneas políticas). No citan o presentan historias como si hubieran investigado algo sin haber hecho más que un par de googleos. Y apenas un texto es congruente con la línea editorial y no es difamatorio al grado de ser un riesgo legal, y el artículo se publica.
Y aquí viene la sicología del lector: si una nota se apega a mi percepción de la realidad, la voy a tomar como cierta sin someterla a ningún juicio crítico. Y si me hablan de corrupción donde creo hay corrupción, la voy a creer.
Y ahí es el problema de nuestra sociedad. Hace años dejamos el razonamiento crítico a un lado. Nos creemos cualquier cosa que se apegue a nuestra realidad sin pensar que hay otras formas de percibir esa realidad y, sobretodo, que la evidencia basada en hechos es lo único neutral a lo que podemos apegarnos para formar nuestro juicio. Pero como ya no tenemos razonamiento crítico, ya no distinguimos hechos probados de opiniones. Nos quedamos con la retórica y no con la sustancia.
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