Aerocaribe dejó huella
en la aviación yucateca
Aerocaribe dejó huella en el corazón de muchos yucatecos, pues casi la mitad de los pilotos que conforman la flota de Mexicanaclick y Mexicanalink, así como una cuarta parte de los de Aeroméxico y sus filiales, hicieron sus pininos en las vetustas naves que ya hasta fueron dadas de baja.
Fundada por el empresario quintanarroense don Nasim Joaquín Ibarra, en 1988, poco después de AeroCozumel –con la que hacía un “puente aéreo” entre la isla y Cancún-, Aerocaribe llenó toda una época en la aviación peninsular pues logró unificar a los puntos más alejados del Mundo Maya en el sureste, a pesar de que sus aviones bimotores no lucían del todo “modernos”.
La flota inicial estaba formada por naves Convair 340 y 440 de a 42 y 50 asientos; así como por los Trislander de solamente 17, y en pocos meses se integraron los aerodinámicos FH-227 y F-27 de a 50 y 40 espacios, por lo que las rutas desde Cozumel y Cancún se extendieron hacia Playa del Carmen, Minatitlán, Veracruz, Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez y Oaxaca.
Entre otros pilotos experimentados que hablaron acerca del “despegue” de la aviación yucateca –al cabo de que la pionera AeroMaya de Fernando Barbachano Gómez Rul, fue borrada del mapa a finales de los setentas-, figura Carlos Alonzo Rodríguez, quien hasta ahora es Comandante de una de las naves F-100 de Mexicanaclick.
Rememoró que cuando ocurrió la fusión de Mexicana con el grupo de don Nasim Joaquín, en 1988, la dirección de la compañía fue encomendada al Lic, Jaime Valenzuela Tamariz, pero los altibajos de la aviación causaron que en 1995/1996, la flota y la dirección cambiaron radicalmente de manos y su último director fue don Eduardo Rodríguez Bernal, a quien despidieron por el Grupo Cintra (creado ex profeso para administrar a Mexicana y Aeroméxico) y se nombró a Isaac Volín Bolok Portnov, porque se convertiría en Mexicana Inter y luego en Mexicanaclick, y recientemente se añadió otra filial como Mexicanalink.
Lo que sea de cada quien, Aerocaribe dio mucha pelea en su tiempo, pues cuando comenzaron los cambios hacia la ruta del Distrito Federal, y eventualmente hacia algunas ciudades del norte del país, Aerocaribe adquirió los nueve DC-9-15 de 90 espacios, y otras naves pequeñas tipo Jetstream de a 50 asientos, pero el gran problema era que demandaban mucho mantenimiento.
Fue entonces cuando la base de mantenimiento de la compañía, construida ex profeso por la compañía en la última sección de plataforma de aviación general del aeropuerto, logró sonados éxitos porque contrató a técnicos e ingenieros egresados del Instituto Tecnológico de Mérida, pero su elevado costo en las reparaciones y reiteradas fallas en las naves, provocaron que Mexicana concentre sus baterías en la capital del país, desde donde atendió todo ese tipo de operaciones.
En consecuencia, los directivos asumieron un papel muy estricto porque despidieron a casi la mitad de sus especialistas ya que estaban decididos a modernizarse con naves mayores, como los Boeing 727-200, luego los Airbús 320, y poco antes adquirió varios “Jumbos” tipo DC-10 –de 280 asientos-, con sobrenombres como el “Maya”, “Azteca”, etcétera. Uno de ellos sirvió de transporte oficial para una de las reiteradas visitas del Papa Karol Wojtyla –Juan Pablo II-, a México.
La integración de la nueva aerolínea de bajo costo, Mexicanalink, trae remembranzas y muchas esperanzas de que el circuito del Mundo Maya podrá reconectarse en cuanto se consoliden los vuelos, aunque prevalece un elevado índice de incertidumbre ya que los precios de los pasajes son muy elevados, debido al costo de las operaciones y otros factores como el combustible y los servicios.
Voceros de la aerolínea en Mérida, revelaron que será Mexicanalink la que finalmente se lance a la conquista de la región, y se prevé que pudieran sumar en sus rutas al aeropuerto de Chichén Itzá, además de Cancún, Villahermosa, Veracruz y Guadalajara, ya que esas naves pertenecían al Grupo Jalisciense de Alma de México, cuya quiebra facilitó que Mexicana los adquiera para sus proyectos porque son jets de solamente 50 asientos.
Entre los antecedentes negativos de Aerocaribe figura un avionazo, un sábado 17 de mayo del 2005, de un viejito F-27 con 19 muertos, entre los que figuraban dos tripulantes y 17 pasajeros, y cuando intentaba despegar del aeropuerto militar Terán, y se estrelló en un cerro del municipio de Tila.
Fotos: Naves viejitas de Aerocaribe como los DC 9-15, los Jetstream y los F-27.